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La entrega de mochilas del PRI convierte a estudiantes en carteles políticos

 


🎒 La entrega de mochilas del PRI convierte a estudiantes en carteles políticos

Subrayado y con negritas.
Por Gerardo Castro Ruiz.

En Sonora la escena se repite. La presidenta estatal del PRI, Lupita Soto Holguín, y el secretario general, Onésimo Aguilera Burrola, posan sonrientes mientras entregan mochilas rojas a niñas y niños. El detalle que cambia el sentido del acto es el logotipo del partido acompañado del lema “Trabajando por lo que más quieres” impreso en cada una. Lamentablemente lo que pudo ser un gesto de apoyo escolar se transforma en propaganda anticipada y en un mensaje de clientelismo disfrazado.

La Constitución en su artículo 134 establece que los recursos públicos y las acciones institucionales no deben usarse con fines partidistas. La Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales advierte que las dádivas con emblemas políticos constituyen propaganda indebida. Aun así, el viejo hábito de convertir apoyos en campaña persiste.

El daño no es menor. El estudiante que carga esa mochila lleva consigo libros y cuadernos, pero lo reprobable es que lleve un emblema político a su casa y a la escuela, lo que lo coloca como un promotor involuntario de un partido. Se confunde el derecho a la educación con la obligación de agradecer una dádiva partidista. El apoyo se vuelve publicidad ambulante y el niño se convierte en cartel político.

El contraste es contundente. Si las mochilas fueran neutras, sin logos ni frases de campaña, entregadas bajo reglas transparentes, serían un apoyo legítimo, digno de reconocimiento y aplausos. Pero al ponerles un sello partidista se ensucia la intención y se degrada la educación en un instrumento de propaganda.

Sonora merece algo mejor que reciclar viejas mañas de clientelismo. La niñez necesita mochilas que carguen sueños y conocimientos, no publicidad disfrazada de solidaridad. Quien en verdad quiera ayudar debe hacerlo sin esperar que cada mochila se convierta en un compromiso electoral.

En este escenario, el papel del Secretario de Educación y Cultura en Sonora, Froylán Gámez Gamboa, se vuelve fundamental. La neutralidad de las escuelas debe garantizarse y es su responsabilidad impedir que los planteles se utilicen como vitrinas partidistas. Una acción firme de la Secretaría enviaría el mensaje de que la educación no puede ni debe contaminarse con intereses políticos, y que los estudiantes son sujetos de derechos, no herramientas de propaganda.

Mientras persista la práctica de regalar apoyos con logotipos y lemas partidistas, las mochilas no serán símbolo de apoyo social, sino señal de que hay políticos que siguen viendo a los ciudadanos como votos empaquetados en utilería escolar.

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